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Cambios en el Plan de Desarrollo que resquebrajan programas de el Sisben, Familias en Acción y Jóvenes en Acción

El remezón que pretende hacer el Gobierno Nacional sobre los subsidios que se entregan en el país arrancaría el próximo año y tendría al Sisbén IV como piedra angular.
Este mecanismo, que se instalaría en el 2020, consiste en una nueva y más agresiva depuración de las bases de datos de ayudas estatales que realiza Colombia cada año, y a la cual muchos no necesitarían pertenecer.

De hecho, según las bases del Plan Nacional de Desarrollo (PND), que comenzó a discutirse este martes en el Congreso, se plantea que el Sisbén IV “sea la base para el ajuste en la focalización de programas sociales y una fuente de información para los programas que requieren rediseño”.

Sin embargo, para lograrlo, la primera tarea será del Departamento Nacional de Planeación (DNP), que recibe el mandato del PND de actualizar la información de las personas registradas en la base de datos de subsidios, de tal modo que estos solo queden focalizados en las personas más vulnerables.

Incluso, Planeación ya está adelantando esta tarea, y según un borrador de resolución, la nueva metodología entraría en vigor el otro año, con lo cual miles o incluso millones de personas saldrían de la lista de beneficiarios.

Como ya lo han dicho el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, y la directora del DNP, Gloria Alonso, si bien allí hay mucho ‘colados’, también engrosan los listados personas que antes necesitaban los subsidios, pero ahora mejoraron sus condiciones de vida y ya no los necesitarían.

CAMBIO DE MÉTODO

Una vez logrado este cambio, la nueva focalización de personas vulnerables y que podrán aplicar a ayudas estatales generará un efecto dominó en los distintos programas que incluyen transferencias de dinero, tales como Familias en Acción, Red Unidos, Jóvenes en Acción, entre otros.

En últimas, la implementación de estas medidas van direccionadas a dos metas puntuales: llegar a las personas que necesitan realmente los recursos y reducir el elevado gasto público en ciudadanos que no lo necesitan.

Para el primero, el Plan de Desarrollo contempla la creación de una mesa de la equidad, como instancia de alto nivel para que, desde Palacio, se coordinen sectores y entidades del Gobierno Nacional, de cara al diseño e implementación de acciones que reduzcan la pobreza.

“En particular, en la mesa se acordarán los diseños de los programas que tengan impacto en la reducción de la pobreza”, reza el PND, que incluye metas de alta envergadura en la materia, tales como sacar a cerca de 3 millones de colombianos de la pobreza monetaria y a 1,5 millones de la pobreza extrema.

De igual forma, busca que en cuatro años, el coeficiente de Gini del país pase de 0,508 a 0,470, tomando como base que habrá menos personas privilegiadas recibiendo subsidios cada mes, en tanto que aquellas que los necesitan sí los recibirían. Así, buena parte de la población quedarán protegidos económicamente, como lo dice el PND. En este sentido, los adultos mayores también quedarán cubiertos con cambios de los programas Colombia Mayor y de Beneficios Económicos Periódicos (Beps).

Igualmente, “se ampliará la plataforma de transferencias monetarias a los hogares pobres y vulnerables no incluidos actualmente en alguno de los programas”, de tal modo que, una vez finalice el cuatrienio, las estrategias incluidas en el PND redunden en mejores condiciones para los colombianos.

EL PRIMER DÍA DEL PND

Durante el primer día de discusiones del PND en el Congreso, dos entidades enviaron reparos a este documento. Por un lado, la Contraloría advirtió, entre otras, que el crecimiento económico y otros supuestos lucen optimistas, y que si bien la economía naranja es importante, aún no alcanza a convertirse en el principal dinamizador
de las exportaciones.

En contraste, gremios y firmas de la industria de licores y vinos celebraron el cambio que se busca crear en el PND con la fórmula para calcular los impuestos de estas bebidas, que, de otra parte, fue rechazado por los gobernadores.

(Empresarios, dispuestos a revisar fórmula del impuesto de licores).

FAMILIAS EN ACCIÓN

Con la entrada en vigencia del Sisbén IV, en el 2020, “Familias en Acción determinará los ajustes en su diseño, focalización, cobertura y mecanismos regulares de permanencia y salida de beneficiarios”.

En ese sentido, el DNP y el Departamento para la Prosperidad Social (DPS) liderarán el remezón de este programa, que, entre otras, dejará máximo 2,4 millones de familias beneficiadas (hoy hay cerca de 3 millones), promoverá la adquisición de microseguros y constituirá el programa en una plataforma que integre oferta adicional.
Desde ya, el DNP asegura que la implementación de estas medidas puede llevar a que la cobertura del programa disminuya si se verifica un mejoramiento de las condiciones socioeconómicas de los hogares de aquí al 2022.

RED UNIDOS

El programa Red Unidos, creado para combatir la pobreza multidimensional, tendrá un rediseño por parte del Gobierno, con el fin de que este “sea la puerta de ingreso a la oferta estatal para la superación de la pobreza extrema”.

Según el PND, esta idea busca que “el acompañamiento familiar y comunitario se convierta en una plataforma para hacer eficiente la implementación de los programas sociales para la superación de la pobreza, generando concurrencia en la población en pobreza extrema”.

(¿Se está gastando el dinero de los subsidios en lo que no corresponde?)

La tarea estará direccionada en que afinar la relación Nación – regiones, de tal modo que haya un registro unificado de información socioeconómica de la población y las estrategias se implementen de forma correcta.

JÓVENES EN ACCIÓN

Llegar a medio millón de personas cubiertas por el programa Jóvenes en Acción es la principal meta del rediseño del mismo.

En las bases del PND se indica que el DPS ampliará la cobertura del programa y beneficiará a 500.000 jóvenes adicionales en el siguiente cuatrienio, de acuerdo con la demanda del mercado laboral y la oferta de formación y educación.

Para esto, el Gobierno rediseñará la estrategia, con el fin de que se facilite el acceso al mercado laboral y se evalúe el componente de habilidades para la vida como una estrategia para fortalecer las de carácter socioemocional de esta población.
En parte, el cumplimiento y logro de la estrategia dependerá, también, de la implementación del Sisbén IV.

 

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