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Fuerzas Armadas y policía exigieron renuncia de Evo Morales tras 3 semanas de presión popular en las calles bolivianas

El vicepresidente Álvaro García Linera también anunció su renuncia.

Evo terminó acorralado y perdió el apoyo de los militares

“Renuncio a mi cargo de presidente para que  Mesa y Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales”, dijo Morales a través de la televisión, aludiendo a los líderes opositores que convocaron protestas en su contra, desatadas el día siguiente de los comicios del 20 de octubre.

El Presidente de Bolivia, Evo Morales, perdió el poder luego de tres semanas de revueltas en ese país y tras pedido de las fuerzas militares y de la policía-

Las Fuerzas Armadas y la Policía solicitaron su renuncia, sumándose a un pedido de líderes opositores. “Luego de analizar la situación conflictiva interna, pedimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia”, dijo el general Williams Kaliman.

Más aún, estalló una ola de violencia que golpeó a varios ministros, funcionarios y colaboradores que fueron renunciando en cascada, mientras algunos veían arder sus casas, quemadas por la turba enardecida.

Luego fueron los empresarios, importantes aliados en su gestión, los que le dieron la espalda.

Ante esa escenario, Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, viajaron a Cochabamba. Y poco después de su aterrizaje, y en un mensaje al país, explicó su dimisión. Eran las 4:50 de la tarde. García Linera también renunció.
En poco más de 10 horas llegó a su fin el gobierno del primer presidente indígena de la historia del país, tras ser divulgado el informe de la auditoría de la OEA.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció este domingo su renuncia al cargo, tras tres semanas de protestas contra su polémica reelección y tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía.

 

El mandatario dijo que su pecado “fue tal vez ser cocalero. No entiendo cómo pueden usar la Biblia para maltratar a la familia. Cómo entender grupos que rezan para odiar a  los más humildes”.

Los resultados de una auditoría de la OEA, que recomendó repetir los comicios tras detectar “graves irregularidades”, desencadenaron los acontecimientos que llevaron a la renuncia de Morales. Eran las 6:30 de la mañana, hora de Bolivia.

“La primera ronda de las elecciones celebrada el 20 de octubre debe ser anulada y el proceso electoral debe comenzar nuevamente (…) tan pronto existan nuevas condiciones que den nuevas garantías para su celebración, entre ellas una nueva composición del órgano electoral”, indicó el informe de la OEA. Según el organismo interamericano, “en los cuatro elementos revisados (tecnología, cadena de custodia, integridad de las actas y proyecciones estadísticas) se encontraron irregularidades, que varían desde muy graves hasta indicativas”.

Morales descalificó el informe de la OEA: “La comisión de la auditoría de la OEA ha tomado una decisión política. Algunos técnicos están al servicio de grupos de poder”, señaló.

Veinte minutos después de que el informe se divulgó, Morales cumplió lo prometido y convocó nuevas elecciones, pero la medida no fue suficiente para retener apoyos vitales que le permitieran acabar con su mandato, que finalizaba el próximo 22 de enero.

Lo sucedido lleva a Bolivia a una situación dramática porque el país quedó prácticamente acéfalo ya que todas las personas que formaban parte de la cadena de sucesión presidencial renunciaron.

La Constitución boliviana establece que la sucesión recae inicialmente en el vicepresidente, luego en el titular del Senado y después en el titular de Diputados, pero todos ellos renunciaron.

En la noche de este domingo, la senadora opositora Jeanine Añez afirmaba que como segunda vicepresidenta del Senado debería asumir el poder: “Como establece nuestra Constitución, estoy en la segunda vicepresidencia, me correspondería asumir este reto con el único objetivo de llamar a nuevas elecciones, pacificar el país y volver a la normalidad”, dijo en contacto con un canal televisivo.

Pero explicó que para asumir el cargo de jefa de Estado se debe convocar una asamblea extraordinaria para considerar las renuncias de Morales y García Linera. “Espero que tengamos quorum, porque el MAS (Movimiento al Socialismo, partido de Morales) tiene dos tercios en la Asamblea”.

Las reacciones en el mundo por la renuncia de Morales tuvieron todos los tonos. Gobiernos y líderes de izquierda calificaron lo sucedido como un “golpe de Estado”, mientras que otros, como en el caso colombiano, pidieron una transición pacífica y solicitaron convocar una reunión del consejo permanente de la OEA.

Estados Unidos expresó su apoyo a la auditoría de la OEA, Argentina negó que Morales haya pedido asilo en su país, y México se lo ofreció. Aunque más temprano, el presidente dimitente había dicho que se quedará en el trópico de Cochabamba. “No tengo por qué escapar”, declaró Morales, porque “no he robado nada”.

En octubre, Morales había accedido a un cuarto mandato en primera vuelta con el 47,08 por ciento de los votos y más de 10 puntos porcentuales por delante de Mesa (36,51 por ciento).

La primera ronda de las elecciones celebrada el 20 de octubre debe ser anulada y el proceso electoral debe comenzar nuevamente

Pero el recuento de votos suscitó dudas entre la oposición, que llamó rápidamente a celebrar nuevas elecciones y convocó protestas multitudinarias, que acabaron ayer con la renuncia del mandatario.

¿Qué viene? Probablemente, una época de incertidumbre y agitación social, pues los leales seguidores de Evo, que se cuentan por miles, incluso ya estaban hablando anoche de “defender a la fuerza el voto”. En las protestas, desde el 20 de octubre, murieron tres personas y más de 400 resultaron heridas.

Viene difícil transición tras 14 años de gobierno izquierdista

El gobierno de Bolivia quedó acéfalo tras la renuncia del presidente Evo Morales y de las demás autoridades que formaban la cadena de sucesión constitucional.

La Constitución boliviana establece que la sucesión recae en el vicepresidente, luego en el titular del Senado y después en el titular de Diputados, pero todos ellos renunciaron con Morales.

La dimisión del vicepresidente Álvaro García, de la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, y del titular de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, provocó por tanto un vacío de poder.

La incógnita es quién sucederá en la presidencia a Morales, al menos mientras se convoca a nuevas elecciones.

La senadora Jeanine Añez declaró que por ser la segunda vicepresidenta del senado debería asumir el poder, pero eso no es del todo claro.

El abogado constitucionalista Williams Bascopé, cercano al movimiento que tumbó a Morales, cree que el Congreso debe buscar una solución eligiendo primero a los nuevos jefes de ambas cámaras. “Como hay ausencia de presidente de los senadores y diputados, tienen que autoconvocarse inmediatamente los diputados y senadores, tienen que elegir sus presidentes”, dijo el abogado.

La presidencia de Bolivia podría ser ocupada interinamente por un senador, elegido en un acuerdo de los partidos políticos y los movimientos civiles que han impulsado las protestas. Sea quien sea, el presidente provisional deberá organizar un gabinete de consenso y llamar a elecciones rápidamente.

La sesión para escoger nuevos jefes del Legislativo será llamada seguramente por el decano de alguna de las cámaras, probablemente este lunes.

El partido izquierdista de Morales controla actualmente ambas cámaras del Congreso, razón por la cual Bascopé planteó que “los opositores no se desmovilicen” de las calles.

 

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