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OCURRIÓ HACE 50 AÑOS

Nuestros cantores campesinos vallenatos, deambulan por la región en búsqueda de subsistencia, ofreciendo sus servicios musicales en parrandas, galleras, cantinas, bares, allí su música era aceptada, pero la remuneración era muy escasa y el licor abundaba,
La presencia los juglares en centros sociales, no era del agrado de la clientela de esos sitios por sus cantos de origen campesinos, lo mismo que en los clubes y casetas, no eran de buen recibo.
En el mercado musical fonográfico tampoco era apetecida su música, este campo lo dominaban las orquestas de la comarca, Barranquilla, las sabanas y Venezuela.

A finales de 1970, Jorge Oñate concurso en el 3er festival vallenato, evento que se realizó en el mes de junio a raíz de las elecciones presidenciales que se efectuaron el mes de abril, acompañó a Emiliano Zuleta en el canto y la guacharaca, la caja de Pablo López, Oñate ya había grabado un par de Lps, primero con Emilio Oviedo, 1968, y después con el Combo de Nelson Diaz,1969.
buscaba el novel cantante su espacio para grabar su propia música, álbum que se convertiría en la puerta para que Colombia y el mundo supiera de la música de los juglares de nuestra tierra.

Su oportunidad le llegó luego de tanta insistencia, grabar con su propia agrupación al lado de Emilianito Zuleta,
Oñate abordó a Santander Diaz director artístico de la disquera, Diaz era un guitarrista, compositor y cantante, oriundo de San Juan Nepomuceno, Bolívar, fundador del trio Los isleños, junto a Gastón Guerrero y Oscar fajardo, su trio era la sensación en esa época, Santander le había dado la oportunidad de grabar a figuras de la balada, como Billy Pontoni, Oscar Golden, Claudia.
Oñate le hablo a Diaz de sus aspiraciones musicales y volver a grabar un disco, Santander prometió escucharlos en una audición y darle la oportunidad.

Jorge lleno de regocijo por haber logrado esa promesa le comunico la noticia a Emilianito quien no mostro mucho interés.
Ya Emiliano había grabado 2 canciones en un disco 45 rpm, en Medellín en el sello Codiscos, apadrinado por Alfredo Gutiérrez, quien era productor musical de esa disquera, Emiliano toco y canto el mismo las canciones, Ave Peregrina de Raúl Garrido, La Herencia de su autoría.

No sabía El Ruiseñor que Emiliano, andaba tocando las mismas puertas a las directivas de la disquera para grabar su propia producción, pero al lado de Poncho.

Emiliano tuvo el visto bueno de la disquera para la grabación, álbum que se salió al mercado después de Oñate, Emiliano dijo que le toco vender sus dos acordeones y luego alquilarlos lo mismo un reloj Mido para pagar las exigencias económicas de Poncho para grabar el álbum, “Mis Preferidas”.
El Jilguero hacia pareja con Emiliano en tabernas, parrandas y todo tipo de eventos en Bogotá.
Ante la negativa de Emiliano, Jorge optó por Miguel López, quien andaba por esos días por Bogotá, con Miguel conformó la agrupación que le daría vuelco total a la música vallenata.

Estos osados jóvenes provincianos, sin ninguna ayuda económica, únicamente con su arraigada vocación musical disfrazada de aptitud estudiantil, se habían ido a Bogotá en busca de esas oportunidades que no tenían en la provincia, era una aventura quijotesca, llena de ilusiones.
Los músicos que vivían en Bogotá eran amigos de la región se encontraban dispersos en la fría capital y actuaban en diferentes sitios, bares, cantinas, tabernas, acudían al llamado del primero que tuviera un toque, no fueron autista ante semejante oportunidad de una grabación, acudieron solícitos al llamado de Oñate para esta grabación.

Pablo López en la caja, Alfonso “Poncho” López, en el cencerro, Catalino Tejedor, musico curtido de Malagana, Bolívar, tierra del Bullerengue, creador de canciones como “Aronde me Meteré” y “Tan Bella y Presumida”, Tejedor vivía en Bogotá, estuvo en agrupaciones como La Sonora del Caribe, Dolcey Gutiérrez, Los Caporales del Magdalena en Barranquilla, La Tropibomba, y su propio Combo, Catalino fue llamado para tocar la Tumbadora.

Tomas Alfonso Zuleta Diaz, integró la agrupación como Guanchaquero, compositor y corista, Poncho comento que la búsqueda de la grabación y los músicos para grabar el álbum se debió a su gestión.
Armando Kroll, bajista de la orquesta de Lucho Bermúdez, fue llamado para esa función en el primer álbum de Los López, Oñate lo menciona en una de sus canciones.

En los coros estuvo Esteban Salas, oriundo de Coloso, Sucre, estudiante universitario al igual que Pablo López y Pedro García, con quienes compartía agrupación en parrandas y todo tipo de fiestas.
Ángel fontanilla, de Ciénaga, ex integrante de la agrupación de Buitrago y Bovea, estuvo en los coros.
Este disco se grabó en “Los Estudios Suramericana” de Armando Benavides, La Cbs aun no tenía estudios de grabación propios.
Alfredo Gutiérrez, fue quien primero uso coristas en la música vallenata, Johnny Cervantes y Gabriel Chamorro, y Bajo electrónico, Cristóbal García, “Calilla”, en sus álbumes titulados “Romance Vallenato”, ante la aceptación general del público, Oñate sigue esa secuencia.

El Álbum se llamó, acertadamente “Lo último en Vallenatos”, con canciones del compositor de La Paz Teodoro López, “Ligia”, Emiro Zuleta; “Recuerdos”, “La Paz es mi pueblo”, “Vámonos Compañera” y “Diciembre Alegre”; “Poncho” Zuleta, “Mis Viejos”, Luis Enrique Martínez, “Mi Morenita”, “Secreto Raro”; “Siniestro de Ovejas” de Carlos Araque, de Emiliano Zuleta Baquero, “El Gallo Viejo”; Bienvenido Martínez, “Bertha Caldera” y “Me Quisiste y Me Olvidaste”, de Jorge Oñate.

El impacto que causo este álbum en la región fue total, sus canciones en su mayoría se constituyeron en éxitos, se escuchaban a la par de los cantos de Alfredo Gutiérrez, era el artista de moda en la comarca.
En esta zona acostumbrada a la interpretación típica, acordeón, caja, guacharaca, abundaban los jolgorios conocidos como parrandas y eventos en galleras, no había suficientes músicos preparados para integrar una agrupación con todas las de la ley para amenizar casetas y verbenas, como era conocidas este tipo de fiestas, las cuales eran exclusivas para agrupaciones foráneas, Oñate y Miguel López querían entrar a ese mercado.

Oñate y Los López temporalmente se sometieron a esas condiciones, las aspiraciones eran amenizar Casetas, para ello implementaron la organización de las agrupaciones que ya estaban en el mercado.

Lo primero fue hacerse a los servicios de un contratista, representante o mánager, fue escogido Edgar Salazar, “El Chore”, muy amigo de Oñate, persona con magníficas relaciones quien les orientó estratégicamente, lo, primero fue conseguir una línea telefónica para la contratación, línea que para la época eran escasa

Segundo paso llamar músicos de la región para integrar la agrupación, fueron convocados, los hermanos Calderón, Napoleón y Jesús, tumbadora y batería; caja, Elberto López; Jaime “El Mecano” Zuleta, guacharaca, coros Julio Morillo, Ángel Fontanilla, luego ingresaron, Ignacio Paredes y Johnny Cervantes, quienes venían de “Los Corraleros” y Alfredo Gutiérrez, lo mismo que el bajo de Hernando Barrios, hizo parte de Los Caporales del Magdalena, además de bajista bolerista y cantante de música ranchera.

Años después Hernando Barrios creo una academia musical en Barranquilla, allí se formó musicalmente Shakira, entre otros artistas,

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